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LA NAVIDAD ES UNA BONITA MESA - invita a unir personas y sentimientos



Estamos llegando a uno de los momentos más mágicos del año.

Tengo especial obsesión por la importancia de una mesa bien puesta (deformación profesional de una experta en Protocolo, supongo) y cuando digo esto no me refiero a usar ostentaciones ni lujos, sino simplemente a poner ilusión y sensibilidad para que la mesa también transmita y comunique sensibilidad, belleza y una sensación de calidez y confort.

Voy a intentar daros algunas ideas que inspiren de forma fácil y creativa a decorar la mesa de Navidad y además disfrute haciéndolo.

Todos nos preocupamos mucho de lo que vamos a comer, y pocos dedican un rato a pensar, año tras año, como podemos sorprender a nuestra familia y amigos.

No hace falta que nos llenemos de adornos de Navidad. A veces basta con usar cosas que tenemos en casa y que forman parte de nuestro día a día, simplemente sacándolas de su lugar habitual y poniéndolas en el centro de la mesa.

Hoy podemos encontrar detalles navideños súper bonitos a precios muy asequibles. Una combinación acertada de las dos cosas nos dará, y lo veréis, un resultado muy gratamente sorprendente.

Empezaremos por el mantel.

Yo hace ya algunos años que no compro mantel, y tampoco saco el de mi madre de cada año que se guarda en un armario con cierto olor a naftalina y a recuerdos que a menudo duelen. Compro a mi gusto la tela en mi tienda favorita Ribes i Casals, y la modista me hace los ribetes (yo no sé coser más allá de un botón). No siempre elijo tela con motivos Navideños; es más, casi nunca lo hago: motivos escoceses (soy muy fan del Tartán), y resulta muy Navideño y siempre es un acierto en invierno. Los de “Toile de Jouy”, los dorados y plateados, o incluso los blancos con algún guiño Navideño. Los estampados de árboles, pinos, abetos, y, como no, los rojos y verdes, combinación perfecta que nos avisa de la llegada de la Navidad.

De esta manera, y haciéndome 2 o 3 distintos, voy acumulando una serie de manteles que me permiten variar i evitar el aburrimiento, permitiendo que las preciadas fotos para nuestras queridas redes sociales sean actuales y atractivas. A un coste mínimo con un resultado brutal.

Continuaremos con “vestir la mesa” escogiendo la vajilla. También huyo de poner siempre “la vajilla buena”, que está muy bien, pero que deberíamos poner más a menudo, en cualquier ocasión, y no solamente para Navidad. Tenemos una inmensa oferta de vajillas ideales y actuales, muy decorativas y a muy buen precio.

Me divierte mucho que mis hijos tengan cada año una mesa distinta, y jugar con el efecto sorpresa. Creedme, es muy fácil. Por suerte está de moda y queda sensacional, mezclar varias vajillas antiguas y modernas o vintage. Yo suelo comprar piezas sueltas en los mercadillos, de los que me declaro friki, o en los anticuarios, y así poco a poco, construyo una vajilla de todas las épocas, que me recuerdan los momentos y lugares dónde los compramos.

Londres es un lugar único dónde adquirirlas, especialmente en el Mercado de Portobello road, en Notting Hill, o en Candem, pero aquí también tenemos unos Encants que son una mina de tesoros que entran y salen de sus casas, pasen y vean…. Al final, una pieza suelta es barata precisamente por eso, porque está suelta, pues ahí está la gracia, que al final tienes vajillas únicas e irrepetibles.

Si se rompen, se compran otras, y así las piezas se cambian y aportan nuevas historias y recuerdos que tiene su propia vida. La mezcla bien hecha, es como una obra de arte: no habrá otra igual.

Ya tenemos el mantel y la vajilla. Ahora la cubertería, con la que podemos hacer lo mismo: mezclar piezas distintas, o podemos poner una cubertería que sea completa y bonita.


Procurad no olvidar nunca poner platitos del pan, siempre a la izquierda del plato. Yo procuro encargar panecillos con forma de ginger man, árbol o estrella. Mi panadero los hace, encargados con unos días de antelación, y resultan un detalle que luce mucho en la decoración de la mesa.

Resulta muy bonito y práctico usar platitos de cristal labrado, porque va con todas las vajillas y manteles. Además de su papel como adorno, tiene también su función higiénica evitando la molestia de las migas.

Y nos queda la cristalería, y yo seguiría con las dos opciones de antes, o variada o una sola, pero no olvidemos poner todas las copas: vino blanco, tinto, champagne o cava, y vino dulce para el postre.


Mesa montada. Vamos al toque final pero fundamental e importantísimo.

Esta es la decoración de la mesa más importante del año, y yo os daré algunas ideas que yo he usado en mi casa y que provocaron una buena reacción entre los comensales.


1.- Libros antiguos, o de navidad, arboles o flores, o simplemente bonitos, añadiéndole por en medio muérdago, pino o pequeñas ponsetias.

2.- Relojes de arena de distintos tamaños y colores (Zara Home los tiene monísimos). Son súper decorativos y muy útiles, para limitar el tiempo al invitado que no para de hablar…

3.- Los clásicos candelabros, ya sean antiguos o nuevos, en todas sus versiones con velas. Siempre con algún detalle navideño. A mí me encanta poner lazos de terciopelo verdes y rojos, y de raso dorado o blanco.

4.- Mini arbolitos de Navidad, decorados de distintas maneras y en varios tamaños y colores (los chinos son los mejores)


Una última advertencia que es puro sentido común. Es importante adecuar la mesa al lugar donde os encontréis. No es lo mismo la montaña que la ciudad, o la playa. Hay materiales y elementos que no tienen ningún sentido en según qué entornos.


Ojalá estos “tips” personales os hayan ayudado un poquito. Seguro que pasaréis un buen rato pensando, buscando y creando vuestra mesa para este año y los que vienen, y haciendo del factor sorpresa un regalo visual y sensorial para todos los invitados.


Feliz Navidad y mucha creatividad para el 2020 (y por cierto, bonito número).



María Vives

La Concierge - #tuanfitrionaenbarcelona


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