
Como gran parte de los cinefilos, miro y espero el cine de Almodóvar, ya desde mi adolescencia, en mis épocas de estudiante en Buenos Aires cuando yo aun no conocía España, la veía y la imaginaba a través de sus películas y sus personajes.
Pasados los 90´ con mucho cine de él en mi cabeza viví un tiempo en Madrid, y pude amar más su arte.
Luego, a finales de los 90 llega “Todo sobre mi Madre”, a mi humilde entender fue la mejor película del manchego…hasta que hace unos días fui al Verdi de Gracia a ver “Dolor y Gloria”.
Me animo a decir que esta película trasciende lo cinematográfico.
Y que dejara huella en mi como lo hizo en su momento "Todo sobre mi madre".
Previamente a ir a verla, Intente no leer críticas sobre ella, ya no suelo hacerlo, la criticas influencian mi inconsciente -destruyen o engrandecen películas sin aportar más que opiniones personales por parte de quien las realiza- no quería dejarme condicionar por un Carlos Boyero-…para mí el cine de Almodóvar no se explica, no se analiza, no se lee, simplemente se siente.
El hilo conductor de esta película es un dibujo, un retrato, un cuadro (por eso elijo esta foto para este post).
Esta no es una autobiografía complaciente, es triste y es oscura, contrasta con el color de su estética, esa estética única como ninguna, sello Almodóvar.
Aquí Almodóvar se desnuda y nos abre su casa, no solo en el sentido alegórico. Emociona.
Es la historia de alguien que venció las barreras del destino, la historia de una madre y un hijo -escenas memorables las de Banderas y Julieta Serrano en su casa de Madrid en sus últimos días de vida…”no has sido un buen hijo”, solo él provoca que un diálogo así cause risa y llanto a la vez.
Enfermedad, rencor, perdón, drogas, amor y desamor, soledad, éxito, tristeza, Dolor y Gloria.
Madres que hacen lo imposible por sus hijos, para darles un destino diferente y no el que les depara su suerte, madres de esa España profunda y castiza, Madrid en plena revolución post -franquista en plena movida madrileña, flashes constantes de los 80´, años convulsos y explosivos, un soñador cansado y triste que renace de sus cenizas en la etapa más madura de su vida…. actores con mayúscula, en lo más alto de la interpretación, intensos, humanos e imperfectos, en la soledad de sus vidas, con un pasado sin resolver que vuelve y un futuro incierto.
La estética de su casa, esa casa repleta de objetos y de cuadros increíbles…”estos cuadros son mi compañía, son más que objetos” se le oye decir….la enfermedad, el dolor y el miedo a la muerte. La infancia, las drogas y la sexualidad. Madrid, Castilla y la Mancha. Es un viaje por la historia de este país…y Penélope. Siempre Penélope, hermosa, intensa. Pedro sabe sacar lo mejor de ella cuando la dirige hasta convertirla en buena actriz.
Banderas en el papel más alto de su carrera. Asier Etxeandia insuperable.
Exquisitez en estado puro. Cine en estado puro.
Todo El universo Almodovariano para degustar desde el minuto cero hasta el final.
Gracias una vez más, "Pedroooooooo", por tu Gloriosa e inolvidable película. Ya espero la siguiente.